El seguimiento regular cada diez o quince días a cada centro permitió ir corrigiendo los problemas que iban surgiendo. Lo más usual fue que la temperatura no se mantuviera por encima de los 25o, que el material estuviera muy seco o muy húmedo, o la ausencia de volteos diarios. Se les ofreció a los centros interesados la posibilidad de impartir charlas informativas, con soporte audiovisual, para el alumnado interesado, que han sido muy bien recibidas.
Durante el curso 2018/2019 se mantuvo el asesoramiento a los centros que lo necesitaban, espaciando las visitas a los centros que iban consiguiendo buenos resultados. Al mismo tiempo se siguió sondeando la posibilidad de ampliar el programa, con la incorporación de nuevos centros. A tal efecto se procedió a la adquisición de otras diez compostadoras, cinco de 270 lts de capacidad y otras cinco de 125 lts.
Se instalaron en los siguientes centros: en Los Llanos de Aridane, Escuela Infantil Municipal (IEM) Nina Albelo y CEIP Todoque. En El Paso, CEIP Adamancasis y CEIP La Rosa. En Breña Alta, EIM Breña Alta. En Breña Baja, CEIP San José y CEIP Las Ledas. En Mazo, IES Villa de Mazo. En Fuencaliente, CEIP Los Canarios. En S/C de La Palma, IES Alonso Pérez Díaz y CEIP Tagoja. En Puntallana, CEIP Puntallana y CEIP El Granel. Y en San Andrés y Sauces, CEIP Los Galguitos.
Después de dos años y medio con el programa en marcha los resultados son cada vez mejores, aunque ha sido necesario esperar a que fueran terminando los procesos de compostaje para que, en la mayoría de los casos, entendieran qué estábamos intentando producir. Hay que tener en cuenta que los docentes no suelen estar familiarizados con los procesos de gestión de la materia orgánica, y este programa viene a sumar más trabajo a sus ya bastante ocupadas agendas.
A esto se ha sumado la irrupción de la pandemia provocada por el COVID-19, que ha trastocado todos los protocolos de actuación en cada centro. En los CEE (Centros de Educación Especial) no podemos acceder, así que corregimos los problemas por videoconferencia. En otros hemos tenido que ajustarnos a sus horarios particulares, pero el programa ha seguido en marcha, y cada vez van siendo más autónomos, lo que permite contemplar la posibilidad de adquirir otro grupo de composteras para ir preparando el próximo curso.
Como conclusiones generales, podemos afirmar que:
Los centros donde hay una persona responsable y estable, que no cambie cada año, son los que mejor resultado presentan.
En caso de proveerse de materia orgánica de la propia cocina, es importante separar los líquidos. Demasiada humedad genera anaerobiosis, pudrición y aparición de moscas.
La necesidad de estructurante es un factor limitante, que estamos solucionando distribuyendo desde el Consorcio monte picado. Los centros con jardín, que son la mayoría, podrían solucionarlo por ellos mismos si contaran con una picadora eléctrica de las usadas en jardinería.
El reducido volumen de las composteras hace que no tenga la suficiente carga térmica para mantener la temperatura alta de manera estable, así que resulta útil el aporte de melaza o levaduras de panificación. Tanto la melaza como la levadura madre se han distribuido desde el Consorcio, con buenos resultados.
El producto resultante se está usando en semilleros y directamente en la huerta, con muy buenos resultados, lo que indica la buena calidad del sustrato producido.