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Uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta cualquier sociedad moderna es abordar de manera decisiva y definitiva la gestión de los residuos orgánicos y que estos materiales dejen de ser un problema y pasen a ser vistos como lo que realmente son: un recurso para nuestro territorio.

 

No es un reto nuevo. Tampoco es sencillo. De ahí que el papel de las administraciones públicas sea buscar soluciones innovadoras que permitan a la sociedad avanzar hacia un modelo de gestión de los biorresiduos más sostenible y coherente. Este es uno de los grandes objetivos que hemos asumido como propio desde la Consejería de Servicios, Medio Ambiente y Cambio Climático del Cabildo de La Palma.

 

Como consejera del área, siempre he defendido que una de las principales soluciones pasa por tejer una red administrativa para consolidar proyectos como ‘La Palma Orgánica’, una iniciativa basada en el compostaje descentralizado a pequeña escala que da respuesta al nuevo modelo de gestión de residuos que exige el paquete europeo de economía circular.

 

Los principios de este modelo son potenciar el tratamiento local y descentralizado de los biorresiduos, no solo como una acción responsable desde el punto de vista medioambiental. También es clave para otros ámbitos socioeconómicos como, por ejemplo, la creación de puestos de trabajo en distintos ámbitos de actividad: formación, recogida o tratamiento, entre otros.

 

Por nuestra condición de insularidad, en Canarias en general y La Palma en particular, nos jugamos nuestro bienestar futuro. Por eso estamos llamados a liderar la transición ecológica hacia modelos de gestión coherentes con políticas comprometidas con la responsabilidad social y economías sostenibles y limpias.

 

Este mes el Cabildo de La Palma acoge las jornadas ‘De La Palma Orgánica a Canarias Orgánica’, un encuentro que refleja del compromiso adquirido por el Cabildo de La Palma y una prueba de que estamos en el buen camino y las cosas se están haciendo bien.

 

Estoy segura de que estas jornadas se desarrollarán con el mismo éxito de la cita inaugural, cuando participaron, de manera online, más de 100 personas de las distintas administraciones locales de Canarias, organizaciones y gestores de residuos, universidades o profesionales del sector.

 

Espero que estas jornadas sirvan de referente en Canarias para abordar de manera decisiva y definitiva la gestión de los residuos orgánicos.

 

Como digo, estamos en el buen camino. No será fácil, pero estoy convencida de que, con el compromiso y responsabilidad de administraciones, sectores económicos y ciudadanía en general, será posible.

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